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Héctor Stamponi

Músico. Pianista. Director. Compositor. Arreglador. Valor más representante de la generación de 1940, proyectó su carrera musical en todos los aspectos de la evolución estética del tango. Compositor, produjo un repertorio tan nutrido como valioso con idéntica importancia en todas las variedades formales: «Inquietud», «Perdóname», «Yo quería ser feliz», «Junto a tu corazón», «Que me van a hablar de amor», «Aquí nomás», «La intriga», «El último café», «Pedacito de cielo», «Bajo un cielo de estrellas», «Quedémonos aquí», «Triste comedia», «Azabache»; entre los contables y entre los instrumentales: «Festejando», «Parisien», «Romance y tango», páginas que describen inequívocamente su estilo. Juntamente con Eduardo Pereyra, Osvaldo Pugliese, Horacio Salgan, Lucio Demare, ha sido uno de los mayores solistas de piano, individualizado por su peculiar fraseo, su inconfundible manera de «decir» en el plano y de armonizar los temas. Arreglador y concertador de orquestas a lo largo de veinte años, puso de manifiesto en todas las actuaciones y trabajos como tal, sus ideas musicales de invariable buen gusto y honda raigambre tanguera.
Nació en Campana, provincia de Buenos Aires, el 24 de diciembre de 1910. Comenzó a estudiar piano en 1923 bajo la orientación de la maestra Esther Coltelli.
Integró conjuntos de Federico Scorticati, en 1938; de Miguel Caló, en 1939 y de Antonio Radio, en 1941. En 1943, se radicó en México, secundando musicalmente la actuación de la actriz Amanda Ledesma, y escribiendo música para películas.
Dirigió y arregló los acompañamientos de Hugo del Carril, de Alberto Marino, de Roberto Rufino y de Charlo.
Retomó, a la sazón, sus estudios musicales, perfeccionándose en armonía con Alberto Ginastera, y con Julián Bautista en composición.
En 1958 formó con Enrique Fancini un dúo de piano y violín.
Incursionó también como letrista, en dos composiciones propias: los tangos «Cuando cuentes la historia de tu vida» y «Yo quería ser felíz».

Stamponi era gran amigo del padre de Nebbia.
Un día Litto fue a comer al restaurant Los Teatros, donde tocaba a las noches Stamponi. Comenzaron a charlar de música y recuerdos y todo terminó en un album de piano solo que el Maestro empezó a grabar al dia siguiente en Melopea.